Los dueños del balón
Hay una clásica en el fútbol, en donde el dueño del balón escoge jugadores, hace las veces de árbitro, incita a la bronca y hasta recoge la "vaca".
Hoy en Quito, los dueños del balón fueron los señores buseros, que bajo el argumento de "me subieron la gasolina y no trabajo", suspendieron la prestación de un servicio público.
Protestando en la calle, se pasaron de bravucones y algunos se convirtieron en delincuentes. La paralización de servicios públicos está prohibida en la Constitución y sancionada por la ley penal con 3 años de pena privativa de libertad.
Pero ¿qué pasa cuando los buseros -los dueños del balón-, argumentando libertad de expresión atentan contra bienes ajenos de terceros? Golpes, daños o impedir la circulación de los buses que no plegaron al paro, está sancionado con 1 a 3 años de prisión.
Cualquier persona que impida la prestación de un servicio, no sólo público, sino también "privado" y que cause daños a bienes ajenos, se fregó, porque también puede ser sancionado con pena privativa de libertad de 1 a 3 años. En resumen, por más "legítima" que sea la aspiración del dueño del balón, si se mete de gallito y bravucón, no sólo pierde su balón, sino que puede vestirse de traje naranja en un centro de detención.
#LaLeyClarita
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