Correa, el perro y la mascarilla.
A pesar que el título es sugestivo, éste
análisis no es político ni pretende herir las susceptibilidades de nadie. Son
las 06h30 y circulan en un parque un perro sin correa, su dueño, y un atleta
trotando con mascarilla, pero sin cubrirse la boca.
Los 2 detienen el paso y se increpan mutuamente, mientras tanto, el perro salta, ladra e intimida al resto de peatones. El dueño del perro le reclama al atleta por qué corre sin mascarilla en la boca y nariz, y éste al otro, por qué no le pone correa a su perro.
Los 2 se sienten con autoridad para reclamar, pero el incumplimiento de la ley es mutuo. Las personas que paseen a sus perros por las vías y espacios públicos sin correa, serán sancionados con multa de 40 a 84 dólares.
Igualmente, quienes realicen actividades al
aire libre sin mascarilla, serán multados con 100 dólares. El riesgo en
cualquier caso es alto, no se puede ponderar qué infracción es más o menos
grave, las 2 personas incumplen la ley.
La discusión termina y las personas se retiran, no hubo agentes de control que impongan sanciones. El atleta sigue su trote gritando ¡Amargaaado! ¡Vamos Horacio! grita el dueño al animal, ¡mientras se retira balbuceando... ¡maldita Correa!
#LaLeyClarita
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